El club brasileño Sao Paulo conquistó el miércoles la Copa Sudamericana 2012 tras suspenderse el segundo tiempo de la final en que se imponía 2-0 sobre el argentino Tigre, que rehusó volver a la cancha alegando agresiones a sus jugadores.

El árbitro chileno Enrique Osses dio por terminado el encuentro tras ser informado de la negativa de los argentinos de regresar al gramado del estadio Morumbi de Sao Paulo, que rompió en festejos.

Al cabo del primer tiempo, los argentinos denunciaron que fueron golpeados por la policía y amenazados con armas de fuego, según el volante argentino Martín Galmarín.

El técnico de Tigre, Néstor Gorosito, le informó a un periodista argentino de la cadena Fox Sports que observó a policías brasileños y de la seguridad privada del club paulista cuando agredían a varios de sus jugadores, quienes terminaron con golpes y moretones al querer entrar al camerino.

"Uno de los negros de ellos (de seguridad) sacó un revólver, entró la policía y nos agarró a palos. Es una locura. Amenazaron y es una pena", dijo Gorosito, además de anunciar que Tigre no saldría para el segundo tiempo por falta de garantías.

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